El enlace metálico se forma entre los átomos de un metal que tienen una baja energía de ionización. Así, uno o varios electrones de cada átomo son fácilmente arrancados y pasan a forma parte de una especie de nube o gas electrónico, por el que se pueden mover con gran libertad, motivo por el que son buenos conductores eléctricos. Lo que se obtiene es una estructura cristalina formada por cationes, lo más empaquetados entre sí que puedan, rodeados por un "mar" de electrones. Esta estructura dota a los metales de sus propiedades características:
- elevada densidad.
- buenos conductores eléctricos y térmicos.
- altos puntos de fusión y ebullición.
- gran deformabilidad (las capas de cationes se deslizan fácilmente unas sobre otras).
- gran ductilidad (capacidad de formar hilos, como el cobre).
- gran maleabilidad (capacidad de formar láminas, como el aluminio).
- facilidad para arrancarles electrones (efecto fotoeléctrico).
- brillo.
La Teoría del Gas Electrónico no es satisfactoria, no en vano, para explicar las características de los semiconductores. Para ello es preciso recurrir a la Teoría de Bandas, la cual se sustenta sobre la extrapolación de la Teoría del Orbital Molecular entre un número muy elevado de átomos y, además, permite explicar todas las propiedades anteriores de forma aún más precisa.